Buenas noches después de unos días sin poderos dar noticias!
Explicaros que el cursillo de animadores de solidaridad que compartimos en Cali fue una muy buena experiencia y descubrimos cómo las realidades que vivimos nosotros y las que se viven por aquí son bien diferentes. Os ponemos un caso y lo entenderéis rápido: uno de los ejercicios que nos plantearon consistía en denunciar, o no, un hipotético caso de explotación infantil. Con nuestra europea concepción de la realidad, nosotros defendimos rápidamente que, evidentemente, se debía denunciar. En cambio, nuestros amig@s colombianos se planteaban qué sucedería después. Es decir: después de una denuncia puede venir un ajuste de cuentas por parte de una banda, de la guerrilla, de las contradefensas... y, por lo tanto, se juegan la vida en un hecho tan natural para nosotros como es denunciar una injusticia. Impresionante lección de realidad colombiana. Por la noche, baile y compartir. Una gozada de fiesta o rumba, como la llaman por aquí. Sorprendente el aviso, debajo de un STOP, que había en la poco transitada nuestra calle de Cali...
En el día intermedio entre Cali y Medellín tuvimos unas horas en Bogotá que aprovechamos, con la compañía de Saulo, para seguir visitando esta bonita ciudad. A destacar, la subida al cerro de Montserrate, donde se venera a la misma virgen que nosotros en Montserrat, en una capillita presidida por la imagen de la Moreneta y las banderas de Colombia y Catalunya. Después de un almuerzo popular en un barrio bohemio y colonial fuimos a visitar el Museo del Oro que impresiona por las obras expuestas y por la aproximación a las culturas precolombinas. Tras una maratón siguiendo los acelerados pasos de Toni (que merece ir a la Olimpiada) nos dirigimos al aeropuerto rumbo a... Medellín!
Al llegar nos esperaban Héctor y Sebastián (dos jóvenes, uno de ellos hermano Marista, que trabajan en un barrio de inserción -Sto. Domingo-) y nos llevaron, tras parar en un hermoso mirador desde donde se veía la ciudad iluminada, a la casa de los Maristas. Esta mañana el Hno. José Manuel (un hermano mayor con un gran sentido del humor y una gran disponibilidad) nos ha llevado a conocer Medellín. Una experiencia BACANA BACANA BACANA!!! Especialmente destacable el Metrocable (diferentes telésfericos que han "acercado" algunas de las zonas más humildes a la ciudad) y el metro (cualquiera de nuestras ciudades querría tener un metro tan bien conservado como éste). Por la tarde hemos conocido la Ciudad Paisa (paisas son los habitantes de Medellín y alrededores), que es una recreación de cómo eran los pequeños pueblos de esta zona hace muchos años y, luego, una parte del centro (muy bullicioso hoy al ser domingo) y la catedral (una de las más grandes del mundo construidas en ladrillo).
Mañana tenemos un segundo día de conocer y tranquilidad (es domingo) y el lunes esperamos (NOS MORIMOS DE GANAS) poder ayudar ya en Santo Domingo a Sebastián y a Héctor. Además tenemos una idea: como Sebastián está aquí con nosotros, veremos a ver si le convencemos para que escriba diez o doce líneas explicando cómo es su barrio, la problemática que le afecta y a qué se dedican ellos... ¿Aceptará?
Moltes gràcies pel teu diari, Lluis!!! Gaudiu molt d'aquesta experiència!!!us segueixo des d'aqui!!! Petonets!!!
ResponEliminaCris
leer esto de golpe hace ver que es un viaje intenso.
ResponEliminaRecuerdos para los 3